El formato que se conoce popularmente como MP3 es, desde su creación hace más de 25 años y especialmente desde su expansión a través de internet en el siglo XXI, uno de los tipos de archivo de audio más utilizados en todo el mundo. Se podría decir que, gracias a la creación del MP3 a fines de la década de 1990, la manera de escuchar música en el mundo cambió radicalmente en gran medida gracias a su utilización masiva.
Creación y ascenso
El nombre de extensión .mp3 fue el escogido por Karlheinz Brandenburg y su equipo, quienes lo desarrollaron durante la primera mitad de la década de 1990. El nombre proviene de MPEG Audio Layer III, la denominación técnica del formato desarrollado. Aunque su primer lanzamiento sucedió en 1993, fue en 1995 cuando la extensión .mp3 fue utilizada por primera vez, y esta es la fecha aceptada como el nacimiento del formato.
A partir de entonces, y especialmente desde su popularización a través de internet y de reproductores para ordenador como Winamp, el MP3 se extendió hasta transformarse en el estándar y en el tipo de archivo de audio comprimido más utilizado, sobre todo en el ámbito de la música.
¿Cómo funciona la compresión MP3?
La idea central detrás de la compresión MP3 se basa en utilizar exclusivamente las frecuencias auditivas que el oído humano puede percibir directamente, y eliminar aquellas secciones con frecuencias demasiado altas o demasiado bajas. Esta idea, que para muchos es controversial, logró disminuir de manera considerable el tamaño de los archivos MP3, lo cual fue crucial especialmente durante su expansión hacia el cambio de siglo.
Otras piezas claves en la eficacia del MP3 son, entre otras, el denominado «modelo psicoacústico» y su flexibilidad en los niveles de compresión. El modelo psicoacústico lleva más allá la idea de eliminar las frecuencias que escapan a la percepción auditiva humana, y analiza cuánto ruido se puede introducir en las diferentes frecuencias según su ‘umbral de enmascaramiento’. Por otro lado, la posibilidad de utilizar diferentes modelos y niveles de compresión, variando entre compresión variable y constante, además de diferentes calidades y tamaños de archivo, han hecho que el MP3 de adapte de manera notable a diferentes contextos y usos.